Nuestra Señora del Mayor Dolor ya se encuentra en su paso, a la espera de los exornos y preparativos para un nuevo Miércoles Santo. Ante tanta belleza, sobran todas y cada una de las palabras que se nos puedan ocurrir. María Santísima del Mayor Dolor, nuevamente ha superado las espectativas que teníamos y verdaderamente nos ha dejado con el corazón prendado de su presencia.
Otro Sábado de Pasión que terminamos en el Templo de la Resurrección a los pies de la Madre de Dios, a la que le hemos suplicado oiga a todos los que le piden su maternal intercesión. Ella nunca nos ha defraudado, porque siempre estuvo a nuestras suplicas.
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