¿Te has preguntado alguna vez porqué te cuesta tanto entrar en comunión con la voluntad de Dios?
La mayoria de veces nuestros problemas con EL no tienen tanto que ver con nuestra falta de fe, como solemos pensar, o con nuestra falta de obediencia… normalmente la dificultad está en el concepto que tenemos de EL mismo.
¿Que problema tuvieron personajes como Judas, Pedro o los “maestros de la ley” de aquella época con el pensamiento de quien se hacía llamar a sí mismo Dios?
El hablaba de paz, de amor, sanaba enfermos, hacia cosas muy buenas… el asunto era que con todo y eso, este que se decía Hijo de Dios NO CONCORDABA CON EL IDEAL DE CADA UNO sobre lo que debía ser.
Piénsalo:
- Judas, esperaba un Jesús revolucionario.
- Pedro, un Señor que luchara por su propia vida.
- Los judíos, tenían en mente un Mesías que les recuperaría ”sus derechos” robados.
Pero Cristo no era nada eso y allí estuvo el problema.
Por eso la traición, la negación, la condenación.
Hoy es un buen día para preguntarte entonces:
¿QUÉ CONCEPTO TENGO DE DIOS?
Jesús mismo se lo cuestionó en su momento a los discípulos:
”Y ustedes ¿quien dicen que soy yo?” (Mt 16,15)
De esa respuesta que tengas dependerá la manera en que te relaciones con EL.
- ¿es para ti Dios solo un milagrero que te devuelve la salud cuando estás enfermo?
- ¿es solo un banquero que te arregla las finanzas cuando estás en problemas?
- como es misericordia ¿puedes actuar ”a la libre” sin pensar en consecuencias?
- ¿es un psicólogo que te dirá lo que debes hacer y ya no tendrás que elegir responsablemente?
- Como liberta ¿no te pide nada a cambio de conservar esa libertad?
¡Cuidado!
Si tu concepto de Dios no está bien ubicado, sucederá lo mismo que con Judas o los fariseos. Terminarás decepcionado, confundida o hasta enojado con EL. O en el peor de los casos llegando a la conclusión de que talvez ni exista.
¿Cómo puedes ubicar tu concepto de Dios entonces?
Para empezar debes reconocer que Dios es más de lo que puedes razonar e imaginar. Sus pensamientos son por mucho superiores a los nuestros (Is 55,8) por ende no está en nosotros llegar a conocerle.
No obstante y a sabiendas de esto EL MISMO ES QUIEN SE REVELA pero solo a aquellos que le buscan con un corazón sincero.
En este día, ten un detalle con tu Dios. Sal a buscarlo. ¡Visítalo!
EL está en todas partes; en su creación, en su Iglesia, en el que sufre, en el necesitado, el apartado, en SU HIJO eucaristía dentro del sagrario, en la oración del corazón… lo importante es que lo visites.
Así como cuando estás enamorado eres capaz de tomarte tu tiempo para encontrarte con el ser querido… en este dia de Cuaresma visítalo...
De seguro, te está esperando.
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Santos o Nada
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