Esta tarde se ha procedido al cambio de vestiduras de María Santísima del Mayor Dolor para este tiempo de Adviento, que nos sitúa ante nosotros y ante la realidad con una actitud nueva: con esperanza, para mirar hacia los días próximos, hacia delante, más que hacia atrás.

Adviento es alegría, gozo contenido vibrando con algo que casi tocamos con nuestras manos: La presencia liberadora de Dios Salvador en nuestras vidas. El Adviento ni existe, ni se vive, si no empieza en nosotros, si no se mira  a lo que vendrá, a lo que llenará e iluminará nuestros corazones. Compartamos, pues la Luz que llevamos dentro.

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Ánfora y Corazón

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