2013
Por tercer año consecutivo la Unión Local de Izquierda Unida organiza un Concierto Solidario de Navidad, en el que podremos oír melodías navideñas de corte latino.

Este concierto solidario, de entrada libre, tendrá lugar en la Parroquia Santo Domingo de Guzmán el día de la festividad del Dulce Nombre de Jesús, jueves día 2 de enero, a partir de las 20:00 horas y con el que se pretende que los asistentes realicen un donativo voluntario que será posteriormente entregado a Cáritas Parroquial.

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Además de pasar un rato agradable, esperamos que no faltes a este solidario evento, y realices tu donativo en forma de alimento, material escolar, etc..., para seguir contribuyendo a una causa justa y necesaria.


El grupo Scout San Juan de Ávila de Jerez de la Frontera, que desde el día 26 de diciembre y hasta  mañana día 30 realiza un campamento en Bornos, dio hoy testimonio en la misa dominical a la comunidad bornense.



Este Grupo que el próximo año cumplirá veinte de existencia y perteneciente al Grupo de Scouts Católicos de nuestra Diócesis, es la segunda vez en su historia que visita nuestra localidad, en esta ocasión bajo la supervisión y responsabilidad de Dña. María José Cárdenas Romero directora de este campamento. 


Con el objetivo de fomentar un ambiente de convivencia, reflexionar sobre la importancia del respeto hacia nuestro entorno, conocer el pueblo de Bornos y sus costumbres,  aplicar los valores del escultismo, vivir la Navidad como un tiempo de esperanza y compartir momentos de oración comunitaria, han venido desarrollando sus actividades entre nosotros y concretamente con base en el colegio San Fernando.


La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores y San Juan Evangelista, ha hecho público su calendario de Cultos para el año que pronto estrenaremos.

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Los relatos evangélicos no ofrecen duda alguna. Según Jesús, Dios tiene un gran proyecto: construir en el mundo una gran familia humana. Atraído por este proyecto, Jesús se dedica enteramente a que todos sientan a Dios como Padre y todos aprendan a vivir como hermanos. Este es el camino que conduce a la salvación del género humano.

Para algunos, la familia actual se está arruinando porque se ha perdido el ideal tradicional de “familia cristiana”. Para otros, cualquier novedad es un progreso hacia una sociedad nueva. Pero, ¿cómo es una familia abierta al proyecto humanizador de Dios? ¿Qué rasgos podríamos destacar?

Amor entre los esposos. Es lo primero. El hogar está vivo cuando los padres saben quererse, apoyarse mutuamente, compartir penas y alegrías, perdonarse, dialogar y confiar el uno en el otro. La familia se empieza a deshumanizar cuando crece el egoísmo, las discusiones y malentendidos.

Relación entre padres e hijos. No basta el amor entre los esposos. Cuando padres e hijos viven enfrentados y sin apenas comunicación alguna, la vida familiar se hace imposible, la alegría desaparece, todos sufren. La familia necesita un clima de confianza mutua para pensar en el bien de todos.

Atención a los más frágiles. Todos han de encontrar en su hogar acogida, apoyo y comprensión. Pero la familia se hace más humana sobre todo, cuando en ella se cuida con amor y cariño a los más pequeños, cuando se quiere con respeto y paciencia a los mayores, cuando se atiende con solicitud a los enfermos o discapacitados, cuando no se abandona a quien lo está pasando mal.

Apertura a los necesitados. Una familia trabaja por un mundo más humano, cuando no se encierra en sus problemas e intereses, sino que vive abierta a las necesidades de otras familias: hogares rotos que viven situaciones conflictivas y dolorosas, y necesitan apoyo y comprensión; familias sin trabajo ni ingreso alguno, que necesitan ayuda material; familias de inmigrantes que piden acogida y amistad.

Crecimiento de la fe. En la familia se aprende a vivir las cosas más importantes. Por eso, es el mejor lugar para aprender a creer en ese Dios bueno, Padre de todos; para conocer el estilo de vida de Jesús; para descubrir su Buena Noticia; para rezar juntos en torno a la mesa; para tomar parte en la vida de la comunidad de seguidores de Jesús. Estas familias cristianas contribuyen a construir ese mundo más justo, digno y dichoso querido por Dios. Son una bendición para la sociedad. Frágil en familia abiertas al proyecto de Dios

Cada vez parece más normal romper con la pareja, buscarse un nuevo amor y volver a empezar. Todo parece así más fácil y llevadero. Sin embargo, detrás de cada ruptura hay casi siempre no poco sufrimiento y frustración. Hay a veces humillación. ¿No es posible vivir en pareja de manera más estable? Lo primero, tal vez, es no confundir el amor con los sentimientos y el deseo erótico. Por lo general, la primera atracción del amor es muy intensa pero casi nunca se mantiene así. El deseo cambia y evoluciona. Quien identifica el amor con la atracción se dedica a enamorarse una y otra vez de alguien distinto. En cada comienzo disfruta. Luego, sufre y hace sufrir.

Es importante también recordar que, si no hay una decisión y compromiso por buscar el bien del otro, no hay todavía amor. Por eso, es un error avanzar en una relación de pareja de manera prematura, si no estamos dispuestos a hacer feliz al otro. En esto no hay que mentirse ni mentir. Cuántos sufrimientos se hubieran evitado si no se hubiera pronunciado nunca un «te amo», que no era verdad.

Tampoco hay que olvidar que «amar es fundamentalmente dar, no recibir». Por eso sólo el amor incondicional es duradero. Si cada uno vive buscando sólo lo que el otro le puede aportar, el futuro de la pareja está en peligro. Nunca la persona amada responde perfectamente a lo que desearíamos. El amor se consolida cuando uno es feliz haciéndole feliz al otro.

El mayor error es ignorar que amar significa respetar a la persona amada, no poseerla. Cuando no se respeta la manera de pensar, de sentir y de ser del otro, se está arruinando el amor. Sólo amando con respeto se le ayuda al otro a crecer y a dar lo mejor que hay en él. Por el contrario, cuando hay manipulación y utilización interesada, la pareja se está ya separando.

El amor de la pareja es una flor frágil. Lo ha sido siempre. Probablemente es la experiencia más sublime del ser humano, pero también la más exigente. Sencillamente, por que el amor consiste «en que dos soledades se protejan, se junten y se acojan mutuamente». El ideal no es separarse, sino llegar a «ser una sola carne». Lo decía Jesús. Sin esa base, no es posible la familia.

Las fiestas de Navidad han tenido entre nosotros un carácter entrañable diferente al de otras fiestas que se suceden a lo largo del año. Estos días navideños se caracterizan todavía hoy por un clima más familiar y hogareño. Para muchos siguen siendo una fiesta de reunión y encuentro familiar. Ocasión para reunirse todos alrededor de una mesa a compartir con gozo el calor del hogar.

Estos días parecen reforzarse los lazos familiares. Se diría que es más fácil la reconciliación y el acercamiento entre familiares enfrentados o distantes. Por otra parte, se recuerda más que nunca la ausencia de los seres queridos muertos o alejados del hogar.

Sin embargo, es fácil observar que el clima hogareño de estas fiestas se va deteriorando cada año más. La fiesta se desplaza fuera del hogar. Los hijos corren a las salas de fiestas. Las familias se trasladan al restaurante. Se nos invita ya a «celebrar estas fiestas en una playa de clima templado».

Probablemente son muchos los factores de diverso orden que explican este cambio social. Pero hay algo que, en cualquier caso, no hemos de olvidar. Es difícil el encuentro familiar cuando a lo largo del año no se vive en familia. Incluso, se hace insoportable cuando no existe un verdadero diálogo entre padres e hijos o cuando el amor de los esposos se va enfriando.

Todo ello facilita cada vez más la celebración de estas fiestas fuera del hogar. Es más fácil la reunión ruidosa de esas cenas superficiales y vacías de un restaurante. El clima que ahí se crea no obliga a vivir la Navidad con la hondura humana y cristiana que el marco del hogar parecía exigir. De ahí que estas fiestas navideñas que, durante tantos años, han reavivado el calor entrañable del hogar, sean quizás hoy en muchos hogares uno de los momentos más reveladores del deterioro de la vida familiar.

Pero la actitud del creyente no puede ser de desaliento. El nacimiento del Señor nos invita a renacer y trabajar por el nacimiento de un hombre nuevo, una familia nueva, una sociedad diferente. Estamos pasando de una familia más numerosa, tradicional, autoritaria y estable, a una familia más reducida, libre, inestable y conflictiva, pero el hombre siempre necesitará un hogar en donde pueda crecer como persona. El mismo Hijo de Dios nació y creció en el seno de una familia.

J. A. Págola



Mañana  sábado día 28, festividad de los Santos Inocentes, Mártires,  a las 11:00 horas, están convocados todos los niños y niñas en proceso catequético en la Parroquia Santo Domingo de Guzmán, donde nuestro Párroco D. Luis Piñero Carrasco impartirá  una catequesis dirigida a todos, para ir avanzando en su formación.

Es importante la asistencia de todos puesto que es una oportunidad de ir mejorando en el conocimiento necesario para recibir la primera comunión, y aunque no ha trascendido el tema que nuestro Prelado tratará en esta ocasión, sin duda sera de interés para nuestros niños y niñas ahondar en el tiempo litúrgico tan importante que nos encontramos. No podemos olvidar que la formación en el conocimiento de nuestra Fe es imprescindible pilar para el futuro de quienes pretenden recibir a Jesús por primera vez.

Los padres y madres y fieles en general están también  invitados a esta reunión formativa. Nunca viene mal recordar con ojos y mente de niños las enseñanzas que también nosotros los mayores tenemos la obligación de trasmitir a nuestros hijos.

Evangelio según San Mateo 2,13-18.

Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.  Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.  Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías:  En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen.



Se aproxima la fiesta de la Epifanía del Señor a pasos agigantados. Pronto llegará la noche de los nervios por descubrir los regalos que nos dejarán los Magos de Oriente.

Pero si no has dejado tu carta todavía, tendrás la oportunidad de hacérsela llegar el próximo sábado día 28 a las 16:00 horas desde la Plaza de la Iglesia hasta la Casa Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, donde todo está preparado para recibir como se merece al Cartero Real, que las recogerá y será el encargado de entregarlas a tiempo para que sus Majestades los Reyes Magos tengan tiempo de preparar los regalos para la madrugada del 6 de enero.


Todos los niños y niñas están invitados a entregar sus cartas y a fotografiarse con el especial enviado de los de Oriente y un Kilo de alimentos para Cáritas Parroquial, según nos informa el original cartel que anuncia este evento y que ha realizado Carlos Carbellido Fernandez. No os lo perdáis.




La Navidad es mucho más que todo ese ambiente superficial y manipulado que se respira estos días en nuestras calles. Una fiesta mucho más honda y gozosa que todos los artilugios de nuestra sociedad de consumo.

Los creyentes tenemos que recuperar de nuevo el corazón de esta fiesta y descubrir detrás de tanta superficialidad y aturdimiento, el misterio que da origen a nuestra alegría. Tenemos que aprender a «celebrar» la Navidad. No todos saben lo que es celebrar. No todos saben lo que es abrir el corazón a la alegría.

Y, sin embargo, no entenderemos la Navidad si no sabemos hacer silencio en nuestro corazón, abrir nuestra alma al misterio de un Dios que se nos acerca, reconciliarnos con la vida que se nos ofrece, y saborear la fiesta de la llegada de un Dios Amigo.

En medio de nuestro vivir diario, a veces tan aburrido, apagado y triste, se nos invita a la alegría. «No puede haber tristeza cuando nace la vida» (S. León Magno). No se trata de una alegría insulsa y superficial. La alegría de quienes están alegres sin saber por qué. «Nosotros tenemos motivos para el jubilo radiante, para la alegría plena y para la fiesta solemne: Dios se ha hecho hombre, y ha venido a habitar entre nosotros» (L. Boff). Hay una alegría que sólo la pueden disfrutar quienes se abren a la cercanía de Dios, y se dejan coger por su ternura.

Una alegría que nos libera de miedos, desconfianzas e inhibiciones ante Dios. ¿Cómo temer a un Dios que se nos acerca como niño? ¿Cómo huir ante quien se nos ofrece como un pequeño frágil e indefenso? Dios no ha venido armado de poder para imponerse a los hombres. Se nos ha acercado en la ternura de un niño a quien podemos hacer sonreír o llorar.

Dios no puede ser ya el Ser Omnipotente y Poderoso que nosotros sospechamos, encerrado en la seriedad y el misterio de un mundo inaccesible. Dios es este niño entregado cariñosamente a la humanidad, este pequeño que busca nuestra mirada para alegrarnos con su sonrisa.

El hecho de que Dios se haya hecho niño, dice mucho más de cómo es Dios, que todas nuestras cavilaciones y especulaciones sobre su misterio. Si supiéramos detenernos en silencio ante este Niño y acoger desde el fondo de nuestro ser toda la cercanía y la ternura de Dios, quizás entenderíamos por que el corazón de un creyente debe estar transido de una alegría diferente estos días de Navidad. Ya estamos en Navidad. Es difícil estropear más unas fiestas tan entrañables. 

Villancicos nacidos un día para adorar a un Dios cercano, son deformados hoy por la publicidad de la TV o repetidos hasta la saciedad en comercios y grandes almacenes. Símbolos llenos de ternura solo sirven para incitar a la compra. Todo se llena de luces que no iluminan el interior de nadie y de estrellas que no guían a ninguna parte. 

¿Qué se esconde detrás de todo esto? ¿A qué viene esta «atmósfera» tan especial? 

En el ambiente flota el recuerdo vago de un niño nacido en un pesebre. Pero, ¿por qué este niño y no otro? ¿Es todo una leyenda ingenua? ¿Sólo un pretexto para poner en marcha los mecanismos de la sociedad de consumo? ¿Por qué sigue teniendo la Navidad esa fuerza tan evocadora? Tiene que haber algún secreto.

Según algunos, se trata, en buena parte, de un deseo secreto de recuperar la infancia perdida. El hombre moderno está necesitado de ternura y protección. La vida se le hace demasiado dura y despiadada. Es muy fuerte la contradicción entre la realidad penosa de cada día y el deseo de felicidad que habita al ser humano. Por eso, al terminar la Navidad, son bastantes los que sienten el sabor agridulce de una fiesta fallida o inacabada.

Por otra parte, es fácil observar que, tras el derroche, las cenas abundantes y la fiesta, se encierra una fuerte dosis de nostalgia. Se canta la paz, pero no es posible olvidar las guerras y la violencia. Nos deseamos felicidad, pero nadie ignora la crisis y las desgracias. Se hacen gestos de bondad, pero no se puede ocultar la crueldad y la insolidaridad. Nuestros deseos navideños están muy lejos de hacerse realidad.

Sin embargo, una experiencia común aflora estos días en el corazón de muchos: el mundo no es lo que quisiéramos. Creyentes y no creyentes, hombres ilustrados y gentes sencillas, todos parecen percibir que el ser humano está reclamando algo que no es capaz de darse a sí mismo.

Tengo la impresión de que Navidad es la fiesta que mejor puede ser compartida por todos, cualesquiera que sean nuestras convicciones o nuestras dudas, pues, en el fondo, todos captamos que nuestra existencia frágil y desvalida está necesitada de salvación.

Estos días, la liturgia cristiana nos recuerda una frase del evangelista Juan. Nos dice que este niño que nace en Belén es «luz para todo hombre que viene a este mundo», para los que creen y para los que dudan, para los que buscan y para los que no creen necesitarlo.

Este Dios «hecho hombre por nuestra salvación» es más grande que todas nuestras dudas o esperanzas, más grande que nuestros gritos y blasfemias.

Es Dios. Es amor infinito al hombre. Es nuestra salvación.

José Antonio Págola
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran Luz” (Is 9,1). 

Estas son las palabras que escuchamos en la liturgia solemne de la Misa de Nochebuena. Y nada mejor que ellas para introducirnos en el misterio de la Navidad en el que brilla con fuerza la luz del Emmanuel, Dios con nosotros. Él es la Verdad que nos hace libres, el Amor que puede transformar nuestra existencia y el Camino de una renovada humanidad.

Desde el humilde portal de Belén, el Hijo eterno de Dios, que se ha hecho pobre para enriquecernos con su pobreza, se dirige a cada uno de nosotros y nos ilumina el camino de la plenitud. Así, ante el engaño de la soberbia, brilla con fuerza, en Belén, el esplendor de la humildad. 

Dios se hizo hombre para que el hombre pudiera llegar a ser Dios” diría San Atanasio. Dios se abaja, se hace pequeño y pobre, mostrándonos el camino de la divinidad, enseñándonos que sólo el hombre humilde, que se pone totalmente en manos de Dios, encuentra la verdadera libertad. Sin Dios, jamás conocerá la gran alegría y su vida no será más que una mueca que acaba en la muerte. El hombre que sigue la vía de Belén, es decir, que se vacía de sí mismo para llenarse de Dios, no se hace más pequeño, sino más grande, pues se hace hijo adoptivo del Padre. 



El hombre, decían los antiguos, ha sido divinizado por la gracia, que es participación de la vida divina. El cristiano es un ser humano santificado. Es decir, ser más de Dios significa ser más hombre. San Agustín tiene una expresión muy lograda que nos ayuda a expresar lo que queremos explicar. Dice así: Todo hombre es Adán; todo hombre es Cristo. Porque todo hombre procede de Adán y trae su historia de pecado y promesa de redención, y todo hombre es Cristo porque está llamado a participar de la gracia de su vida y ha sido tocado por su misterio desde su concepción.

En la noche del Nacimiento se oyen además las voces de los ángeles a los pastores que anuncian el Amor y la salvación: “Os anuncio una gran alegría… hoy, en la ciudad de Belén, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor” (Lc. 2, 10-11) .

También al hombre de hoy, tantas veces viviendo en la noche de la tristeza y la desesperanza, se le invita a acudir al Portal para vivir la alegría y el gozo del encuentro con Jesús, que es el único que puede transformar y dar sentido pleno a la existencia humana. Y, como a los pastores, los ángeles invitan a todos los hombres a vivir la Buena Noticia de que el Verbo ha querido compartir nuestras alegrías y sufrimientos, y nos ha mostrado que Dios se ha puesto de parte de la humanidad. Despertemos y dejémonos llevar de la mano del Niño de Belén. Aceptemos el mensaje de un niño recién nacido, acostado en un pesebre y envuelto en pañales, para poder descubrir que el Redentor se hizo uno de nosotros, compañero, para recorrer a nuestro lado los caminos de la historia humana. No temamos poner la confianza en Él. Nada nos quita, sino que viene a ofrecernos su inmenso amor y a llenar de gozo nuestro corazón para que no sucumbamos ante las dificultades de la vida.

Por otra parte, la gruta de Belén nos muestra el camino de la humanidad renovada. Frente al individualismo hedonista, en Belén, Dios nos llama a recorrer día a día el camino de la Encarnación que, como nos dice el Papa Francisco en su Exhortación Evangelii Gadium, pasa por el hermano. Pues “si Jesús, en su encarnación, se comprometió con los hombres hasta el punto de hacerse uno de nosotros, el trato que nosotros les damos a nuestros hermanos o hermanas se lo estamos dando al mismo Jesús. Y, por tanto, «quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve» (1 Jn 4,20).

La luz de la Encarnación, por tanto, nos cura de la ceguera de la vanidad, que nos sitúa por encima de los demás; nos muestra el bálsamo del servicio y la solidaridad especialmente con los más débiles y marginados; y nos impulsa a comprometernos en la construcción de un nuevo orden mundial fundado en la fraternidad, la justicia, la paz y en el que brillen unas relaciones humanas y económicas justas que respeten la dignidad de todos las personas.

Por último, espero que en esta Navidad el Señor que nos conceda el espíritu contemplativo de José y María y pido a la Santísima Virgen que la luz de Belén prenda fuego en nuestros corazones para que reine en ellos la fe, la esperanza y la caridad, que nos lleve a afrontar con alegría la tarea evangelizadora en el próximo año 2014.

+ José Mazuelos Pérez
Obispo de Asidonia-Jerez

El próximo sábado día 21 tendrá lugar un evento de convivencia para pequeños y mayores, con la celebración de la primera fiesta Dulce Navidad

Comenzará a partir de las 12:00 en la Plaza Alcalde José González con animación infantil bajo el título Las Letras Olímpicas. A continuación habrá un concurso de Dulces Navideños premiado con un primer premio de 30 euros, un segundo premio de 20 y un tercer premio de 10 euros. La jornada continuará con una zambomba con el grupo Al Son de Cádiz. 

La Hermandad de la Resurrección instalará una barra con precios populares  y ofrecerá montaditos, refrescos, y arroz para todos los asistentes a las 14 Horas.  



Sin duda serán unos momentos entrañables a los que no debéis faltar



Ayer tarde tuvo lugar el primero de los nueve ensayos que tiene programados la recién creada cuadrilla del Santísimo Cristo de la Flagelación de la Hermandad de la Resurrección, una vez que el equipo encargado de las labores de preparación y adecuación de la adquisición que la Hermandad de la calle Graná hizo este año poco antes de la Semana Santa, lo tuviese listo, al menos su parihuela.

Días atrás, esta cuadrilla dirigida por Jóse Buzón Rodriguez y Daniel Rosa Gómez, había mantenido reuniones preparatorias y formativas encaminadas a culminar  este hito  en la historia de esta antigua Hermandad, que reinició sus actividades en el año 1954 después de largo tiempo extinguida.

Desde el Miércoles Santo de 2012 hasta el Miércoles Santo de 2014  se van a producir cambios sustanciales en la Estación de Penitencia de la Hermandad de la Resurrección  que sin duda levantarán una gran expectación.

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Hemos también obtenido el vídeo que Antonio Gutierrez Pinto ha publicado en Facebook, para que quede constancia de la primera levantá de esta cuadrilla a la que le deseamos toda la suerte del mundo.


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Hoy sábado 14 de diciembre, a partir de las 21:00 h. , en la Casa Hermandad,  gran Zambomba a beneficio de la Hermandad de la Vera+Cruz de Bornos. 

El mejor ambiente navideño y con precios populares. Cubatas a 2'50€ y montaditos a 1'50€. La zambomba será amenizada por el coro "Los del Trineo" de Arcos de la Frontera y el coro "Aires del Calvario" de Bornos. 

No te la pierdas. Te esperamos.

El Obispado de Jerez ha publicado un Decreto de Monseñor Mazuelos en el que viene a regular las procesiones extraordinarias que de un tiempo a esta parte han proliferado, sobre todo coincidiendo con el Año de la Fe, clausurado  el pasado domingo 24 de noviembre.

El pastor diocesano decreta así que sólo puedan solicitarse salidas extraordinarias para celebrar el aniversario de la erección canónica de las hermandades, “comenzando por los veinticinco años y siguiendo por los aniversarios múltiplos de veinticinco”.

Además, para solicitar esa salida extraordinaria será necesario que el cabildo general de hermanos “apruebe previamente el programa de actividades y el presupuesto de dicha salida”. En esa programación “deberá incluirse” alguna actividad “de carácter caritativo y social que suponga una implicación de la hermandad con los más desfavorecidos”.

Ese programa recogerá igualmente “una preparación catequética de la salida, indicando los objetivos pastorales que se desean obtener y los medios concretos para llevarlos a cabo”. De este modo se pretende que la salida “sea también ocasión de evangelización de los propios hermanos”.

Antes de solicitar la salida extraordinaria, la hermandad “deberá estar al día en lo que se refiere a la entrega de documentación, inventarios y cuentas, conforme a lo determinado en la normativa diocesana” actualmente en vigor.


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En casos de celebración de algún evento eclesial “de especial relevancia”, en las ciudades de la Diócesis donde existan consejos de hermandades y cofradías se podrán coordinar actos extraordinarios “siempre que el proyecto obtenga el visto bueno de la Delegación diocesana de Hermandades y de las propias Hermandades”.


La teología litúrgica del Adviento se mueve, en las dos líneas enunciadas por el Calendario romano: la espera de la Parusía, revivida con los textos mesiánicos escatológicos del AT y la perspectiva de Navidad que renueva la memoria de alguna de estas promesas ya cumplidas aunque si bien no definitivamente.

El tema de la espera es vivido en la Iglesia con la misma oración que resonaba en la asamblea cristiana primitiva: el Marana-tha (Ven Señor) o el Maran-athá (el Señor viene) de los textos de Pablo (1 Cor 16,22) y del Apocalipsis (Ap 22,20), que se encuentra también en la Didaché, y hoy en una de las aclamaciones de la oración eucarística. Todo el Adviento resuena como un "Marana-thá" en las diferentes modulaciones que esta oración adquiere en las preces de la Iglesia.



La palabra del Antiguo Testamento invita a repetir en la vida la espera de los justos que aguardaban al Mesías; la certeza de la venida de Cristo en la carne estimula a renovar la espera de la última aparición gloriosa en la que las promesas mesiánicas tendrán total cumplimiento ya que hasta hoy se han cumplido sólo parcialmente. El primer prefacio de Adviento canta espléndidamente esta compleja, pero verdadera realidad de la vida cristiana.


El tema de la espera del Mesías y la conmemoración de la preparación a este acontecimiento salvífico toma pronto su auge en los días feriales que preceden a la Navidad. La Iglesia se siente sumergida en la lectura profética de los oráculos mesiánicos. Hace memoria de nuestros Padres en la Fe, patrísticas y profetas, escucha a Isaías, recuerda el pequeño núcleo de los anawim de Yahvé que está allí para esperarle: Zacarías, Isabel, Juan, José, María.

El Adviento resulta así como una intensa y concreta celebración de la larga espera en la historia de la salvación, como el descubrimiento del misterio de Cristo presente en cada página del AT, del Génesis hasta los últimos libros Sapienciales. Es vivir la historia pasada vuelta y orientada hacia el Cristo escondido en el AT que sugiere la lectura de nuestra historia como una presencia y una espera de Cristo que viene.

En el hoy de la Iglesia, Adviento es como un redescubrir la centralidad de Cristo en la historia de la salvación. Se recuerdan sus títulos mesiánicos a través de las lecturas bíblicas y las antífonas: Mesías, Libertador, Salvador, Esperado de las naciones, Anunciado por los profetas... En sus títulos y funciones Cristo, revelado por el Padre, se convierte en el personaje central, la clave del arco de una historia, de la historia de la salvación.
ARCIPRENSA 
                                                                                                      
Un filósofo aseguraba que «el mundo no va a ninguna parte». Se oponía así, desde su visión filosófica, a tantos hombres y mujeres que, a través de los siglos, se han atrevido a esperar un futuro no solo mejor, sino nuevo.

¿A dónde va el mundo con tanto dolor? Esta pregunta no es nueva. La han repetido de mil maneras los hombres en momentos trágicos de guerras, en el azote de pestes terribles, en medio del exilio o ante catástrofes naturales. Hoy, de nuevo, cristianos y no cristianos se la plantean en el fondo de su conciencia: ¿A dónde va el mundo?

No es una cuestión arbitraria. No es tampoco una pregunta científica que busca satisfacer nuestra curiosidad. Es un interrogante profundamente humano, pues, de alguna manera, intuimos que en él nos va la vida y el destino último de la humanidad.

La pregunta se despierta en nosotros cuando nos informan de la velocidad con que se talan los árboles en las selvas, o de la desertización de grandes zonas de la Tierra; cuando nos alertan de los daños irreparables de los accidentes nucleares, o nos advierten de los efectos peligrosos de cierto tipo de residuos. ¿Se le puede llamar progreso a esa alocada producción de bienes que solo beneficia a unos pocos, mientras provoca tanto daño a la mayor parte de la humanidad?

Detrás de todo eso está el ser humano, que no acierta a conducir las cosas por caminos más seguros. Por eso, la pregunta más concreta es otra: ¿A dónde vamos nosotros los humanos dejando sin pan y sin trabajo a tantas gentes con tal de conseguir el bienestar de los más afortunados? ¿A dónde vamos hundiendo en el hambre y la miseria a pueblos enteros? ¿Nos vamos acercando así a alguna meta digna del ser humano? ¿Caminamos así hacia una plenitud?

Con este horizonte no es extraño caer en el pesimismo y en actitudes derrotistas. Por eso resultan tan sorprendentes las palabras con las que el ángel anuncia a María el nacimiento del Salvador y que, en el fondo, están dirigidas a toda la humanidad: «Alégrate... El Señor está contigo.» Es cierto que el horizonte puede parecer sombrío; el ser humano puede destruir el mundo y provocar su propio hundimiento. Pero no está solo. Dios está con nosotros. Es posible la salvación.

Esta fe es la que sostiene al creyente en la esperanza y le anima a trabajar siempre por un mundo más humano. Llegará un día en el que, según las hermosas palabras del Apocalipsis, Dios mismo «enjugará las lágrimas de sus ojos, ya no habrá muerte ni llanto, no habrá gritos ni fatiga, pues el mundo viejo habrá pasado» (Ap 21, 4). Esta es la promesa de Dios a los hombres. Y los creyentes confiamos en él. María, la madre del Salvador, es nuestro modelo. 

Trece imágenes de Nuestra Madre
en sus distintas advocaciones

Los Remedios de María Santísima, la pura, la Inmaculada titular de la antigua Hermandad de la Vera+Cruz recibe muchas visitas y oraciones en su capilla de ánimas de la parroquia Santo Domingo de Guzmán.  Su imágen, quizás la más antigua de todas las dolorosas de Bornos, luce para este tiempo de Adviento esplendorosa y a la vez sencilla, 

Su divino rostro con marcados rasgos románicos transmite una serenidad que invade todo nuestro ser al contemplarla, al tiempo que nos evoca que a su Hijo que llegará próximamente el día de Navidad le espera un silencio que nos helará el corazón el Martes Santo por las calle de Bornos. 

Pero Ahora la esperanza de su llegada debe ser el centro de nuestras vivencias y por eso luce inmaculada y serena, esperanzando nuestras almas.


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AGENCIA SIC: Coincidiendo con este segundo domingo de Adviento celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora. Combinamos en este día el sentido de la esperanza propio del Adviento y la alegría del inicio de una nueva humanidad realizada en la Virgen María.

Hace unos días el papa Francisco nos regalaba su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium(La alegría del Evangelio). Debemos leerla con sosiego y dejarnos impregnar por las palabras del Papa, para que sepamos vivir lo que nos propone desde el inicio de la exhortación:

“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de laIglesia en los próximos años” (EG 1)

Es el mismo anuncio de la alegría del Evangelio que hoy hemos escuchado: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo (Lucas 1, 26-38). Podemos decir que el Papa se convierte en nuestros días en un nuevo Gabriel que vuelve a repetirnos las palabras del Arcángel para nosotros.

Como nos dice el Papa el pesimismo y la falta de esperanza es uno de los grandes males que nos atacan sin piedad en nuestros días: “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada” (EG 2)

Dios tiene una respuesta a toda tristeza que pueda afectar al ser humano y esa respuesta ha comenzado con el sí de María y la encarnación de Jesucristo. Por eso el papa Francisco nos invita a abrirnos a Él: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor” (EG 3).


Lienzo a la tempera de PMBC 11 años

El sí de María la Virgen se debe convertir hoy en el sí de cada cristiano y de cada comunidad al plan de Dios que siempre da la alegría al mundo. Por ello en este Adviento y en esta fiesta de la Virgen María podemos decir con el santo Padre: “Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores”(EG 3)

En esta fiesta de la Inmaculada quiero terminar con un fragmento de la oración final de la Exhortación que el Papa dirige a María (EG 288):

Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí»
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.

Con todo afecto os saludo y bendigo.

+ Eusebio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona

Hoy sábado día siete de diciembre comienzan en nuestro pueblo las zambombas programadas para estas fiestas navideñas, con una muy especial cita con la Caridad.

Cáritas Parroquial que actualmente cubre las necesidades básicas de muchas familias de nuestro pueblo os invita a partir de las 14:00 horas a pasar unos momentos con amigos y conocidos en el patio de armas del Castillo Palacio de los Ribera, y solo te pide a cambio que compres dos kilos de alimentos a la entrada del evento, o un donativo de 2 €.

Te ofrecerá actuaciones en directo, una berza bornicha, y unas bebidas a precios más que populares, para que divirtiéndote y pasándolo bien con tus amistades, colabores al sostenimiento de una causa a la que no puedes volver la cara. 



Es una buena forma de comenzar un tiempo de esperanza,  ayudando a los que más lo necesitan, a los que te agradecerán sin duda con una sonrisa lo que desinteresadamente haces por ellos. Y el Señor que todo lo ve, te pagará con creces.
Una Inmaculada de muchos quilates y Nazarena por los cuatro puntos cardinales de su divino corazón. Esta es la sensación que nos ha trasmitido la Santísima Virgen de los Dolores, titular de nuestra hermandad Nazarena, luciendo tal cual veis en las instantáneas que, esta misma tarde, hemos conseguido en su capilla.

El buen hacer de su vestidor, nos hace sentir cada tiempo litúrgico unas sensaciones inigualables. Este año hemos, sin duda, notado la falta de su inigualable presencia durante el mes de noviembre, por haber coincidido con la restauración del altar de su cotitular Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Tiempo tendremos de disfrutar de esta magnifica talla en tiempos venideros, si Dios nos da el privilegio de sentirnos cercanos a su Madre, la Santísima Virgen de los Dolores.

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Esta tarde se ha procedido al cambio de vestiduras de María Santísima del Mayor Dolor para este tiempo de Adviento, que nos sitúa ante nosotros y ante la realidad con una actitud nueva: con esperanza, para mirar hacia los días próximos, hacia delante, más que hacia atrás.

Adviento es alegría, gozo contenido vibrando con algo que casi tocamos con nuestras manos: La presencia liberadora de Dios Salvador en nuestras vidas. El Adviento ni existe, ni se vive, si no empieza en nosotros, si no se mira  a lo que vendrá, a lo que llenará e iluminará nuestros corazones. Compartamos, pues la Luz que llevamos dentro.

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Comenzado ya el tiempo de Adviento  y a las puertas de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, la Santísima Virgen del Santo Rosario luce con las vestiduras acordes a este tiempo litúrgico.

En unos días podremos ver a todas nuestras dolorosas también con las vestiduras adecuadas al mes de la Esperanza, de lo que se encargará Pablo Baena. 

El trabajo bien hecho siempre es agradable de admirar por todos  los devotos de  María. En esta ocasión os traemos las instantáneas que ha publicado César Díaz en su blog El Arte de vestir a la Virgen.

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Ayer domingo día 1 de diciembre, justo al inicio del año litúrgico, y primer domingo de Adviento tuvo lugar la primera de las igualás  que se irán produciendo en adelante, como paso previo a la preparación de las cuadrillas que cargarán en nuestra Semana Mayor de 2014 y a 130 días del Domingo de Ramos.

En esta ocasión se trata de la recién creada cuadrilla del Santísimo Cristo de la Flagelación, titular de la Hermandad de la Resurrección que será comandada por Jóse Buzón Rodriguez y Daniel Rosa Gómez, ambos con experiencia demostrada y en los que la Hermandad de la calle Graná ha puesto su confianza desde que decidiera emprender el cambio en la forma de cargar con la adquisición de un nuevo Paso de Cristo. Recordamos que ya se cambió el paso de la Santísima Virgen del Mayor Dolor y que en esta ocasión se hará lo mismo con el de Cristo, adquirido antes de la Semana Santa del año anterior, pero que no dio tiempo a su estreno. Por tanto, en la actualidad sólo quedará cargando en la forma tradicional al hombro, la Hermandad del Calvario que afianzó esta linea cuando renovó no hace mucho sus tres pasos.


La convocatoria fue todo un éxito y cumplió ampliamente las expectativas que sus responsables se habían marcado, aunque en conversaciones que hemos mantenido con ellos, se muestran optimistas, pero sabedores de que tienen un arduo trabajo por delante para perfilar esta incipiente cuadrilla que no obstante está también integrada por costaleros con experiencia, y no solo de costaleros noveles.

Han elaborado un duro calendario de ensayos, que como es natural servirá para que esta Hermandad luzca como nos tiene acostumbrados el próximo Miércoles Santo a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro padre Jesús del Gran Poder de la localidad Sevillana de Brenes con la que se ha contratado formalmente, según nos confirman desde la Hermandad.

Felicidades, por tanto, a esta señera Corporación de nuestra Semana Santa  a la que le deseamos toda la suerte del mundo y a la que animamos para que no dejen de engrandecer junto a las demás Cofradías bornenses nuestra  Semana Santa.
Es el tiempo mariano por excelencia del Año litúrgico. Lo expresó con toda autoridad Pablo VI en la Marialis Cultus, nn. 3-4.

Históricamente la memoria de María en la liturgia ha surgido con la lectura del Evangelio de la Anunciación antes de Navidad en el que con razón ha sido llamado el domingo mariano prenatalicio.

Hoy el Adviento ha recuperado de lleno este sentido con una serie de elementos marianos de la liturgia, que podemos sintetizar de la siguiente manera:

- Desde los primeros días del Adviento hay elementos que recuerdan la espera y la acogida del misterio de Cristo por parte de la Virgen de Nazaret.

- La solemnidad de la Inmaculada Concepción se celebra como "preparación radical a la venida del Salvador y feliz principio de la Iglesia sin mancha ni arruga ("Marialis Cultus 3).

- En las ferias del 17 al 24 el protagonismo litúrgico de la Virgen es muy característico en las lecturas bíblicas, en el tercer prefacio de Adviento que recuerda la espera de la Madre, en algunas oraciones, como la del 20 de diciembre que nos trae un antiguo texto del Rótulo de Ravena o en la oración sobre las ofrendas del IV domingo que es una epíclesis significativa que une el misterio eucarístico con el misterio de Navidad en un paralelismo entre María y la Iglesia en la obra del único Espíritu.

En una hermosa síntesis de títulos. I. Calabuig presenta en estas pinceladas la figura de la Virgen del Adviento:

- Es la "llena de gracia", la "bendita entre las mujeres", la "Virgen", la "Esposa de Jesús", la "sierva del Señor".

- Es la mujer nueva, la nueva Eva que restablece y recapitula en el designio de Dios por la obediencia de la fe el misterio de la salvación.

- Es la Hija de Sion, la que representa el Antiguo y el Nuevo Israel.

- Es la Virgen del Fiat, la Virgen fecunda. Es la Virgen de la escucha y de la acogida.

En su ejemplaridad hacia la Iglesia, María es plenamente la Virgen del Adviento en la doble dimensión que tiene siempre en la liturgia su memoria: presencia y ejemplaridad. Presencia litúrgica en la palabra y en la oración, para una memoria grata de Aquélla que ha transformado la espera en presencia, la promesa en don. Memoria de ejemplaridad para una Iglesia que quiere vivir como María la nueva presencia de Cristo, con el Adviento y la Navidad en el mundo de hoy.

En la feliz subordinación de María a Cristo y en la necesaria unión con el misterio de la Iglesia, Adviento es el tiempo de la Hija de Sión, Virgen de la espera que en el "Fiat" anticipa el Marana thá de la Esposa; como Madre del Verbo Encarnado, humanidad cómplice de Dios, ha hecho posible su ingreso definitivo, en el mundo y en la historia del hombre.