Alguien pudiera pensar que el camino está recorrido, pero en esta tarde lluviosa cuasi por inercia se han dado los ingredientes necesarios para dar mi aliento a los hombres de abajo, a más de ciento cincuenta días de que todo comience de nuevo.
La música me lleva a saborear cada chicotá. Y es que oír «Aire para mis Penas», «Trianeando por Sevilla», «El embrujo de Triana», «Marinero de Esperanza» y transportarme al Señor del Ánfora, a su mirada, a su semblante, a la Resurrección, es todo uno.
Mucho he conversado con Jóse sobre el asunto y para nada es fácil, pero para nada es imposible. Ellos ya demostraron que le pueden, que lo sienten, que saben sufrirlo y que rezan cuando andan, para que con ellos rezemos.
Ahora hay que trabajar el estilo, la sutileza, la pausa, el saboreo, porque la valentía, el aguante, la explosión están mas que demostradas y el Señor quiere andar en volandas, al ritmo de los corazones que lo portan. Cada paso es al cielo, cada orden es al alma, cada izquierdo una caricia, cada costero un suave beso, la eternidad.
Mirad como anda, cerrad los ojos costaleros, sientid al Señor paseando y levadlo a la Gloria, acercandolo hasta el Cielo..... Él os pagará el ciento por uno..... Ánimos cuadrilla, y a engrandecer al Santísimo Cristo de la Flagelación, a la Cofradía y al Miércoles Santo. Mientras tanto, en esta lluviosa tarde, como sé que lo conseguireis me conformaré con soñarlo ....
Pedro Bueno Jiménez
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