Físicamente, la dolorosa es una talla anónima del XVI, de candelero de vestir de tamaño natural. Su rostro —apunta Emilio Soto— «tiene una enorme personalidad, sobre todo en los ojos y la boca. El historiador Manuel Jesús Roldán identifica las cejas redondas y la nariz marcada con obras de la segunda mitad del XVI».
La imagen, en mal estado, requería una intervención para devolverla a su estado original y consolidar aquellos elementos recesarios, que ha realizado el bornense Ismael Rodríguez-Viciana. Las concepcionistas han necesitado ayuda económica, buscada con distintas actividades, a las que tanto la humilde comunidad como Soto, han llevado a buen puerto.
La imagen datada del siglo XVI, que pudo venir del extinguido monasterio de San Juan de la Palma será repuesta al culto, quedando expuesta en besamanos hasta la tarde del domingo. Las franciscanas Concepcionistas de Lebrija, ya esperan la llegada de la Virgen de los Dolores una vez finalizada la restauración de Ismael Rodríguez-Viciana.
Asimismo, como culmen, a partir de las 19.30 horas del domingo 11 de octubre, el padre fray Francesc Xavier Catalá Sélles oficiará una eucaristía de acción de gracias.
Actualmente, esta talla pertenece a esta orden franciscana. En 1971 llegó a ser titular de la hermandad de los Gitanos, cuando las monjas la cedieron bajo la advocación Mayor Dolor. Años más tarde, en 1983, esta hermandad encargó una Virgen a Juan Abascal.
La Virgen de los Dolores ha vuelto a su estado original gracias a la aportaciones recaudadas a través de los vecinos y las actividades organizadas.
Fuente: ABC de Sevilla.
Fotografías: ABC de Sevilla.
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