El pasado fin de semana María Santísima del Mayor Dolor fue cambiada de vestiduras para el mes de todos los santos y en especial para el día de los difuntos. Su vestidor, Pablo Baena, como siempre, consiguió que Nuestra Señora luzca elegante y de inigualable belleza.
La mirada de nuestra fotógrafa aficionada particular, que contó con todas las facilidades de la Hermandad, a través de su cámara, hicieron el resto. Este es el resultado para que todos los devotos de la vecina más antigua de la Calle Graná que no puedan acercarse a verla, tengan la oportunidad de rezarle en la intimidad.
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