junio 2014
El portentoso san Laureano, arzobispo de Sevilla y glorioso mártir de Cristo, nació de padres nobles en la provincia de Pannonia que ahora llamamos Hungría. 

Dejó su patria siendo de poca edad, y fue a Milán donde por misericordia del Señor se hizo cristiano, recibiendo el bautismo de manos del obispo Eustorgio II, y ordenándose de diácono a la edad de treinta y cinco años. 

Pasó después a España, guiado por la Providencia, para resistir con su predicación y doctrina a los herejes arrianos que eran muy poderosos y señores de la nación, y perseguían a los católicos. 

Muriendo en esta sazón Máximo, arzobispo de Sevilla, por la malicia de los herejes, estuvo vacante aquella cátedra por espacio de dos años, hasta que por común voto de los prelados sufragáneos fue elegido para aquella dignidad el varón de Dios san Laureano, el cual gobernó diez y siete años aquella Iglesia. Mas como los herejes levantasen en Sevilla una grande persecución contra el santo arzobispo, y el mismo rey Theudes que injustamente ocupaba el trono, enviase gente que le matasen, el santo, avisado de todo por un ángel, dijo misa, convocó al pueblo, hizo un largo sermón, y tomando después su báculo rodeó parte de la ciudad, llorando y dando voces diciendo: «Haced penitencia, y mirad que está Dios enojado y tiene levantado el brazo para heriros»- y en efecto, poco después fue reciamente castigada de Dios aquélla ciudad con sequedad, hambre y pestilencia.

Cartel de Ánfora y Corazón

Saliendo desterrado de ella el santo obispo, en el camino sanó a un ciego; entró en un navío llegando a Marsella, donde resucitó a un hijo de un hombre principal. De allí pasó a Italia y llegó a Roma, sanando muchos enfermos. En Roma visitó al Sumo Pontífice y consolóse con él; dijo Misa Pontifical delante del Papa el día de la Cátedra de san Pedro, y allí sanó a un viejo que desde niño estaba tullido de pies y manos. 

Obtén aquí nuestro Cartel
Partió después para visitar el cuerpo de san Martín, en Francia, y tuvo la revelación de que venían por parte del rey Totila algunos soldados con el fin de quitarle la vida. No se turbó el santo, ni se congojó, antes encendido de amor del Señor y deseoso del martirio, salió a buscarles, y encontrándose con ellos en un campo raso, siendo conocido por ellos, dieron en él y le cortaron la cabeza. 

Tomáronla y la llevaron al tirano, el cual cuando la vio y supo lo que había pasado, la envió a Sevilla, y con su entrada respiró aquélla ciudad y cesó la sequedad, hambre y pestilencia con que había sido azotada y afligida por el Señor a causa de sus pecados. El cuerpo del santo lo sepultó Eusebio, obispo de Arlés, en la iglesia de la ciudad de Bourges: y el Señor glorificó su sepulcro con innumerables prodigios.






María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría.

La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad...

La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre.

Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María. Esto se hace evidente en la liturgia, al celebrar ambas fiestas de manera consecutiva, viernes y sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo del Corpus Christi.

Santa María, Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús.

Venerar su Inmaculado Corazón significa, pues, no sólo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Veneramos expresamente su Corazón como símbolo de su amor a Dios y a los demás.

El Corazón de Nuestra Madre nos muestra claramente la respuesta a los impulsos de sus dinamismos fundamentales, percibidos, por su profunda pureza, en el auténtico sentido. Al escoger los caminos concretos entre la variedad de las posibilidades, que como a toda persona se le ofrece, María, preservada de toda mancha por la gracia, responde ejemplar y rectamente a la dirección de tales dinamismos, precisamente según la orientación en ellos impresa por el Plan de Dios.

Ella, quien atesoraba y meditaba todos los signos de Dios en su Corazón, nos llama a esforzarnos por conocer nuestro propio corazón, es decir la realidad profunda de nuestro ser, aquel misterioso núcleo donde encontramos la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor.






Entre las muchas y ricas promesas que Jesucristo hizo a los que fuesen devotos de su Sagrado Corazón, siempre ha llamado la atención la que hizo a los que comulgasen en honra suya nueve primeros viernes de mes seguidos. Es tal, que todos la conocen con el nombre de la Gran Promesa

La Devoción al Corazón divino de Jesucristo se empezó a practicar, en su esencia, ya en los principios de la iglesia, pues los Santos tuvieron muy presente, al honrar a Jesucristo, que había manifestado su Corazón, símbolo de su amor en momentos augustos. Con todo, esta devoción, en su forma actual, se debe a las revelaciones que el mismo Jesucristo hizo a Santa Margarita María (1649-1690), sobre todo cuando el 16 de junio de 1657, descubriéndole su Corazón, le dijo: 

«He aquí este Corazón que ha amado tanto a los hombres, que no ha omitido nada hasta agotarse y consumirse para manifestarles su amor, y por todo reconocimiento, no recibe de la mayor parte más que ingratitudes, desprecios, irreverencias y tibiezas que tienen para mí en este sacramento de amor. » 

Entonces fue cuando Jesús dio a su servidora el encargo de que se tributase culto a su Corazón y la misión de enriquecer al mundo entero con los tesoros de esta devoción santificadora. El objeto y el fin de esta devoción es honrar al Corazón adorable de Jesucristo, como símbolo del amor de un Dios para nosotros; y la vista de este Sagrado Corazón, abrasado de amor por los hombres, y al mismo tiempo despreciado de estos, nos ha de mover a amarle nosotros y a reparar la ingratitud de que es objeto. 

Entre las prácticas que comprende esta devoción, conformes con el fin de la misma, sobresale la de la Comunión de los nueve primeros viernes de mes seguidos, para conseguir además la gracia de la penitencia final, según promesa hecha por el mismo Sagrado Corazón a Santa Margarita María, para todos los fieles. 


He aquí la promesa: 


Un viernes, durante la Sagrada Comunión, dijo estas palabras a su devota esclava: 

«Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor todopoderoso concederá a todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos la gracia final de la penitencia; no morirán en pecado ni sin recibir los sacramentos, y mi divino Corazón les será asilo seguro en aquel último momento. »






Me dirijo principalmente a ustedes, Costaleros.

No me salen las palabras para agradeceros vuestra entrega, dedicación y sacrificio con el trabajo que habéis realizado en las cofradías que hemos trabajado juntos. Pero he llegado a una situación personal, en la que se me hacía muy cuesta arriba continuar.

Todos sabéis que el compromiso que he tenido con ustedes ha sido total, siempre al 100%. Quienes me conocen más de cerca, saben que esto para mi no es un hobby donde echar ese tiempo que me sobra. He antepuesto siempre los intereses de mis cuadrillas a los míos particulares. Solo tengo que recordar el día que nació mi segunda hija, aún estando en el hospital junto a su madre, yo me vine para realizar nuestro ensayo solidario.

Pero las fuerzas se me han ido gastando, y antes que no poder entregaros ese 100%, prefiero retirarme y dar un paso atrás.

Es una decisión que me ha costado mucho, para mi resulta más doloroso de lo que podéis imaginar. Muchos sabéis, que la primera vez que salí de capataz, dormí con el llamador en mi mesita de noche. Pues muchos martillazos ha dado ese llamador en mi almohada, hasta que he sacado fuerzas para tomar la decisión de quedarme tan sólo con el martillo de la Madre de todos los Bornichos. Allí, en ese lugar tan privilegiado, seguiré entregándome como hasta el momento, con toda la ilusión del mundo.

Decir también que mi aportación en la Semana Santa de Bornos, no va terminar aquí, volveré a mis orígenes, a lo que yo me sigo sintiendo “costalero de Jesús” y si Dios quiere haré una extraordinaria estación de penitencia en mi Hermandad de la Vera+Cruz, vistiendo mi túnica como un hermano más.

Y a partir de ahora, dedicarle tiempo a los míos..... no descartéis que en la próxima cuaresma le pida a mi mujer y a mis niñas que se vengan al salón de casa.... ¡Venir paká.... os voy a iguala!!!!!

Gracias de todo corazón....


Hay que seguir Costalero!!!!!

A solo dos años y medio desde su presentación, la Asociación Musical Nuestro Padre Jesús Nazareno ha decidido disolverse, según nos confirman desde la misma asociación. Ésta es una triste noticia que nos debiera hacer reflexionar sobre la salud de nuestras Hermandades y Cofradías.




Sin entrar en detalles de las razones que han llevado a tomar esta drástica medida, lo que si tenemos claro es que entre todos la matamos y ella sola se murió. Ahora, los agoreros se vanagloriarán de que tenían razón cuando pronosticaban que no duraría mucho y los defensores aprovecharán para culpar a unos y otros por no haber incluido en sus planes a la formación que nació con el principal objetivo de dar cobertura musical a la Hermandad Nazarena de Bornos. 

Lo cierto es que se ha perdido otra vez una buena iniciativa en nuestro universo cofrade, tan particular y cerrado, tan dirigido por sus dirigentes y tan complicado en sus interiores. A alguien pudiera sonarle fuera de lugar estas últimas afirmaciones, pero créannos cuando decimos que no todo es cera lo que arde.

Solo concluir diciendo que fue bonito mientras duró y que sin duda ha dado muchas satisfacciones a los que estuvieron inmersos en el proyecto y a sus incondicionales que los tuvo. Quizás en un futuro no muy lejano podremos ver resurgir iniciativas como esta, mas duraderas y con nuevos bríos. 



Fernando Romero Medina, que en la actualidad venía desempeñando las labores de capataz en las Hermandades de la Vera+Cruz y Nuestro Padre Jesús Nazareno ha presentado su dimisión esta misma tarde.

La noticia ha corrido como la pólvora por las redes sociales, después de que Fernando remitiera un mensaje a todos y cada uno de los miembros de sus cuadrillas afectadas, que recordemos son (cuatro) tres, la del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, de Nuestra Señora de los Remedios, y la de Nuestro Padre Jesús Nazareno.( y la de Nuestra Señora de los Dolores).

El comunicado que trascendió  a eso de las 17:30 horas en Wassap dice textualmente. "Acabo de dimitir como capataz de la Vera+Cruz y del Nazareno, quiero agradeceros vuestro esfuerzo durante estos años. Ha sido una decisión dura pero veo que es lo más conveniente para las hermandades y para mi. Espero que sigáis demostrando vuestra valía bajo los pasos. Un fuerte abrazo. Espero que me entendáis."

Aunque nuestra fuente es de toda solvencia y confianza, hemos contactado con los responsables de las hermandades afectadas y con Fernando para que  nos confirmaran la veracidad de la noticia que saltaba esta tarde, día de la festividad del Corpus Christi, confirmándose por todos ellos la dimisión como capataz de dos de nuestras hermandades de penitencia, por motivos personales.

Recordemos a todos nuestros lectores que Fernando Romero Medina, sigue comandando a la gente de abajo que pasea a Nuestra Señora del Rosario, cargo éste que de momento mantiene y del que no se ha comentado nada en absoluto, incluso hace unos días en el Blog que dirige C en Bornos se ha publicado el calendario de ensayos para la festividad de nuestra Patrona que celebraremos el primer domingo de Octubre.

Conociendo la pasión con la que maneja el martillo suponemos que los motivos que han llevado a Fernando a tomar esta decisión han sido muy poderosos.  Desde este espacio Web, le deseamos toda la suerte.

(texto erróneo)  Entrada editada el 18-07-2014

La Hermandad de Nuestra Señora del Rosario, erigirá un altar en la calle que lleva el nombre de su Excelsa Titular en la festividad del Corpus Christi, que celebraremos mañana domingo día 22 en nuestro pueblo.

Este año y según la información que nos hacen llegar,  el altar estará presidido por su Simpecado junto a una replica del Niño Jesús que porta en su divino regazo Nuestra Patrona.


Asimismo, se encargarán de que la calle Jardín, esté debidamente exornada para el paso de S.D.M. en la mañana del domingo día 22, después de que concluya la Eucaristía que dará comienzo a las 09:00 horas.


Foto del Blog de la Patrona


A buen seguro que nos sorprenderán como lo vienen haciendo en años anteriores en los que su altar estaba emplazado en la calle Nuestro Padre Jesús Nazareno.



Después de que se anunciara el inminente comienzo de las obras, hace ya algunas semanas, lo cierto es que en este bendito país, la burocracia tiene mucha tela que cortar y por motivos legales todavía a fecha de hoy, no hemos visto movimiento en la Ermita del Calvario por ninguna parte.

Esto no quiere decir que no se ha empezado, sino que cada vez está mas cerca el día de comienzo. Antes, se deberán cumplimentar los trámites que la legislación aplicable establece - (Permiso de obra, Plan de Seguridad, Apertura del centro de trabajo, nombramiento de Dirección Facultativa, legalización de libro de subcontratación, acta de replanteo) -, y un largo etcétera del que estamos seguros saldremos antes que después.

La comunidad Facebook S.O.S. El Calvario, quizás porque no conoce estas trabas se muestra nerviosa ante la demora del comienzo, y menos mal que tiene un miembro, que se nos antoja líder del grupo, que ha tenido la inmensa suerte de haber interceptado una carta del Calvario, dirigida a María Santísima en su Soledad, que reproducimos íntegramente, porque deja entrever un acentuado sentimiento y la personificación en su grado máximo exponencial. La humildad de su autor, José Luis Garrido Ortega, le hace decir que no ha sido él quién la escribió, sino su corazón y así lo creemos.

Ella escucha siempre los corazones de sus hijos y por eso no nos cabe duda que sabrá remansar todos esos nervios que ahora nos afloran y cubrirá de satisfacción a los que se preocupan por nuestra Ermita del Calvario.




Carta de la Ermita del Calvario a María Santísima de la Soledad

Hola Reina mía, como te extraño, no sé si volveré a tenerte conmigo, mi estado de salud empeora cada día más, y por más que intento sacar fuerzas para no derrumbarme ya no consigo tenerla, estas graves heridas son superiores a mí. 

Aún sueño que esa ayuda que much@s están pidiendo para mi llegue a tiempo.

Quiero volver a ser el que fui, si, ese del que la gente presumía con sus amistades de otros pueblos, ese que cada Viernes Santo los acogía con tanto cariño y el que fue testigo de los acontecimientos de todos los bornich@s.

Por resaltar algunas personas de mi vida nombraría a José "El Chicharito" que dedicó su vida por tenerme en lo más alto y sé que está contigo o como Josefa  Moreno que la vi nacer y más tarde fui testigo de los nacimientos de sus hijos, de sus primeros pasos, sus risas y lágrimas y de alguna que otra travesura, ¡que de vida me dieron!

¿Te acuerdas? que nervioso estaba, quería estar a la altura para la estancia de Nuestra Señora del Rosario y la Visita de la Virgen de las Montañas.

Espero tenerte de nuevo conmigo y pasar muchos más años contigo, tengo miedo a desaparecer, a no contemplar más a mi pueblo, a que ya no me acaricie el viento y me traiga las fragancias del pino y del romero.

No quiero quedar en el olvido, y aunque así fuera el cariño mío hacia ti nunca morirá.

El Calvario.


El próximo domingo dia 22 , como viene siendo habitual, nuestras hermandades establecerán altares al paso del Santísimo Sacramento en el recorrido por el que su D. M. se hará presente en las calles de nuestro pueblo.

Como novedad este año la Corporación de la Resurrección tiene previsto establecer un altar en la Casa de la Cilla  que será presidido por la Bendita Imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor. 

La Señora de la calle Granada, será trasladada desde la iglesia de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, hasta la ubicación del altar, en la mañana del domingo día 22 , por lo que desde la Hermandad de la Flagelación se invita a todos los fieles a acompañar a su Bendita Titular y al ejercicio del Santo Rosario.

Será una extraordinaria oportunidad de contemplar su Dulce Rostro, de acercarnos a su infinita bondad y de pedirle que interceda por todos nosotros.




Este acto, cuyo horario no se ha hecho publico aún, precederá a la celebración de la Misa Mayor del día del Corpus Christi que como ya todos sabéis, se celebrará en la parroquia Santo Domingo de Guzmán a las 09:00 horas y tras la que su D. M. recorrerá el pueblo de Bornos a eso de las 10:15 horas.
Álvaro Gutiérrez Sánchez, que en el último período venía ocupando las labores de mayordomía en la Corporación de la Resurrección, se perfila como único candidato a Hermano Mayor en las elecciones que la Hermandad del Santo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor está a punto de convocar.

Como es sabido por todos nuestros lectores, Álvaro es desde siempre cofrade muy activo en la Corporación de la calle Granada y se da la circunstancia de que con anterioridad ya ha ocupado el cargo de Hermano Mayor durante al menos ocho años, por lo que no será nuevo para él tener bajo su timón los destinos de esta Hermandad, que de un tiempo a esta parte está experimentando un auge palpable.

En cuanto a los miembros de su candidatura, según hemos sabido, hay miembros de la Junta de Gobierno saliente que repetirán mandato en su puesto y asimismo nuevas incorporaciones, que vendrán a refrescar ilusiones y proyectos que están inconclusos como por ejemplo la culminación del Paso de Misterio del Santísimo Cristo de la Flagelación que estrenaban este pasado Miércoles Santo, coincidiendo con la celebración del trescientos aniversario de la refundación de la Hermandad.

Se confirma que tal y como anunciara mediante Oficio, a finales del año pasado, el Hermano Mayor saliente no formará parte de la candidatura, y aunque se le ha ofrecido por parte de Álvaro Gutiérrez que ocupara un puesto relevante en la nueva Junta de Gobierno, ha decidido mantener la decisión que hizo pública en el Oficio antes mencionado.

Como  nueva  incorporación se confirma la entrada en el  Cabildo de  Oficiales de Francisco Manuel Román-Naranjo Lozano que a sus veintidós años se convertirá en el nuevo Mayordomo, y del que todos esperamos aplique los conocimientos que ha ido adquiriendo a lo largo de estos años en la Resurrección y aumente su reconocida pasión por los Titulares de la misma.

Queremos ofrecer, como no puede ser de otra forma, este humilde espacio, a la Junta resultante de las inminentes elecciones, para todo cuanto guste al tiempo que le deseamos un mandato a la altura de la Cofradía de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.




El esfuerzo realizado por los teólogos a lo largo de los siglos para exponer con conceptos humanos el misterio de la Trinidad apenas ayuda hoy a los cristianos a reavivar su confianza en Dios Padre, a reafirmar su adhesión a Jesús, el Hijo encarnado de Dios, y a acoger con fe viva la presencia del Espíritu de Dios en nosotros.

Por eso puede ser bueno hacer un esfuerzo por acercarnos al misterio de Dios con palabras sencillas y corazón humilde siguiendo de cerca el mensaje, los gestos y la vida entera de Jesús: misterio del Hijo de Dios encarnado.

El misterio del Padre es amor entrañable y perdón continuo. Nadie está excluido de su amor, a nadie le niega su perdón. El Padre nos ama y nos busca a cada uno de sus hijos e hijas por caminos que sólo él conoce. Mira a todo ser humano con ternura infinita y profunda compasión. Por eso, Jesús lo invoca siempre con una palabra: “Padre”.

Nuestra primera actitud ante ese Padre ha de ser la confianza. El misterio último de la realidad, que los creyentes llamamos “Dios”, no nos ha de causar nunca miedo o angustia: Dios solo puede amarnos. Él entiende nuestra fe pequeña y vacilante. No hemos de sentirnos tristes por nuestra vida, casi siempre tan mediocre, ni desalentarnos al descubrir que hemos vivido durante años alejados de ese Padre. Podemos abandonarnos a él con sencillez. Nuestra poca fe basta.

También Jesús nos invita a la confianza. Estas son sus palabras: “No viváis con el corazón turbado. Creéis en Dios. Creed también en mí”. Jesús es el vivo retrato del Padre. En sus palabras estamos escuchando lo que nos dice el Padre. En sus gestos y su modo de actuar, entregado totalmente a hacer la vida más humana, se nos descubre cómo nos quiere Dios.

Por eso, en Jesús podemos encontrarnos en cualquier situación con un Dios concreto, amigo y cercano. Él pone paz en nuestra vida. Nos hace pasar del miedo a la confianza, del recelo a la fe sencilla en el misterio último de la vida que es solo Amor.

Acoger el Espíritu que alienta al Padre y a su Hijo Jesús, es acoger dentro de nosotros la presencia invisible, callada, pero real del misterio de Dios. Cuando nos hacemos conscientes de esta presencia continua, comienza a despertarse en nosotros una confianza nueva en Dios.

Nuestra vida es frágil, llena de contradicciones e incertidumbre: creyentes y no creyentes, vivimos rodeados de misterio. Pero la presencia, también misteriosa del Espíritu en nosotros, aunque débil, es suficiente para sostener nuestra confianza en el Misterio último de la vida que es solo Amor.

J. A. Pagola




Señor, hoy celebramos ese gran regalo que Tú nos haces a todos y a cada uno de los seres humanos y que es tu Espíritu Santo. Hoy es Pentecostés.

¿Por qué siento esta mañana con fuerza tan especial mi vacío interior y la mediocridad de mi corazón? Mis horas, mis días, mi vida está llena de todo, menos de Ti. Cogido por las ocupaciones, trabajos e impresiones, vivo disperso y vacío, olvidado casi siempre de tu cercanía. Mi interior está habitado por el ruido y el trajín de cada día. Mi pobre alma es como «un inmenso almacén» donde se va metiendo de todo. Todo tiene cabida en mí, menos Tú.

Y luego, esa experiencia que se repite una y otra vez. Llega un momento en que ese ruido interior y ese trajín agitado me resultan más dulces y confortables que el silencio sosegado junto a Ti.

Dios de mi vida, ten misericordia de mí. Tú sabes que cuando huyo de la oración y el silencio, no quiero huir de Ti. Huyo de mí mismo, de mi vacío y superficialidad. ¿Dónde podría yo refugiarme con mi rutina, mis ambigüedades y mi pecado?

¿Quién podría entender, al mismo tiempo, mi mediocridad interior y mi deseo de Dios?

Dios de mi alegría, yo sé que Tú me entiendes. Siempre has sido y serás lo mejor que yo tengo. Tú eres el Dios de los pecadores. También de los pecadores corrientes, ordinarios y mediocres como yo. Señor, ¿no hay algún camino en medio de la rutina, que me pueda llevar hasta Ti? ¿No hay algún resquicio en medio del ruido y la agitación, donde yo me pueda encontrar contigo?

Tú eres «el eterno misterio de mi vida». Me atraes como nadie, desde el fondo de mi ser. Pero, una y otra vez, me alejo de Ti calladamente hacia cosas y personas que me parecen más acogedoras que tu silencio.

Penetra en mí con la fuerza consoladora de tu Espíritu. Tú tienes poder para actuar en esa profundidad mía donde a mí se me escapa casi todo. Renueva mi corazón cansado. Despierta en mí el deseo. Dame fuerza para comenzar siempre de nuevo; aliento para esperar contra toda esperanza; confianza en mis derrotas; consuelo en las tristezas.

Dios de mi salvación, sacude mi indiferencia. Límpiame de tanto egoísmo. Llena mi vacío. Enséñame tus caminos. Tú conoces mi debilidad e inconstancia. No te puedo prometer grandes cosas. Yo viviré de tu perdón y misericordia. Mi oración de Pentecostés es hoy humilde como la del salmista: «Tu Espíritu que es bueno, me guíe por tierra llana» (Sal 142, 10).


J. A. Pagola


Hace unos años, el gran teólogo alemán, Karl Rahner, se atrevía a afirmar que el principal y más urgente problema de la Iglesia de nuestro tiempo es su "mediocridad espiritual". Estas eran sus palabras: el verdadero problema de la Iglesia es "seguir caminando con resignación y aburrimiento cada vez mayores caminos comunes de una mediocridad espiritual."

El problema no ha hecho más que agravarse en estas últimas décadas. De poco han servido los intentos de reforzar las instituciones, salvaguardar la liturgia o vigilar la ortodoxia. En el corazón de muchos cristianos se está apagando la experiencia interior de Dios.

La sociedad moderna ha apostado por "el exterior". Todo nos invita a vivir desde fuera. Todo nos presiona para movernos con prisa, casi sin detenerse en nada ni en nadie. La paz no encuentra rendijas para penetrar hasta nuestro corazón. Vivimos casi siempre en la corteza de la vida. Se nos está olvidando lo que es saborear la vida desde dentro. Por ser humana, a nuestra vida le falta una dimensión esencial: la interioridad.

Es triste observar que tampoco en las comunidades cristianas sabemos cuidar y promover la vida interior. Muchos no saben lo que es el silencio del corazón, no se enseña a vivir la fe desde dentro. Privados de la experiencia interior, sobrevivimos olvidando nuestra alma: escuchando palabras con los oídos y pronunciando oraciones con los labios, mientras nuestro corazón está ausente.

En la Iglesia se habla mucho de Dios, pero, ¿dónde y cuándo escuchamos los creyentes la presencia callada de Dios en lo más profundo del corazón? ¿Dónde y cuándo acogemos al Espíritu del Resucitado en nuestro interior? ¿Cuándo vivimos en comunión con el Misterio de Dios desde dentro?

Acoger el Espíritu de Dios quiere decir dejar de hablar sólo con un Dios al que casi siempre colocamos lejos y fuera de nosotros, y aprender a escucharlo en el silencio del corazón. Dejar de pensar a Dios con la cabeza, y aprender a percibirlo en lo más íntimo de nuestro ser.

Esta experiencia interior de Dios, real y concreta, transforma nuestra fe. Uno se sorprende de cómo ha podido vivir sin descubrirlo antes. Ahora sabe por qué es posible creer incluso en una cultura secularizada. Ahora conoce una alegría interior nueva y diferente. Me parece muy difícil de mantener por mucho tiempo la fe en Dios en medio de la agitación y la frivolidad de la vida moderna, sin conocer, aunque sea de manera humilde y sencilla, alguna experiencia interior del Misterio de Dios.

J. A. Pagola